El 5 de diciembre de 2025, en Washington D.C., quedará definido el destino de 48 selecciones en la Copa del Mundo más diversa de la historia. Entre ellas, México: como país anfitrión y cabeza de serie, el Tri ya tiene garantizado un lugar en el grupo A —pero eso no significa que tenga asegurado un camino apacible.
Basta un sorteo adverso para transformar esa condición privilegiada en una encerrona futbolística.
Cómo funciona el sorteo y por qué México está expuesto
La estructura es clara: cada uno de los 12 grupos estará formado por un equipo de cada bombo (1, 2, 3 y 4). México, como coanfitrión, integra el Bombo 1.
Pero las reglas también implican una advertencia: aunque evita rivales “top” de su propio bombo, los adversarios que le pueden tocar —de los Bombos 2, 3 o 4— vienen de otras confederaciones, con estilos variados, calidad técnica o con hambre de protagonismo.
Así, ese “punto de partida privilegiado” puede volverse una trampa si el azar conspira.
Rivales de miedo: peligros latentes desde el arranque
Imaginemos que el sorteo no acompaña. Estas selecciones, provenientes de otros bombos, representan amenazas reales para México:
- Del Bombo 2, equipos como Croacia o Marruecos — con historia, jerarquía, estilos tácticos poderosos — podrían ser más que meros obstáculos.
- También desde Bombo 2: selecciones como Suiza, Japón, Senegal o Corea del Sur, con organización táctica y experiencia internacional, pueden convertir cada partido en un examen.
- Del Bombo 3 también pueden asomar rivales peligrosos: selecciones sobresalientes con delanteros potentes, defensas duras o planteos físicos, capaces de complicar incluso a los favoritos.
- Y no hay que descartar a quienes vengan del Bombo 4 o desde repechajes: “tapadas” o equipos poco vistos que con motivación, sorpresa o poco peso histórico pueden transformarse en “cocos inesperados”.
En otras palabras: un bombo 2 complicado + un bombo 3 agresivo + un bombo 4 imprevisible y México puede estar metido en lo que claramente sería un “grupo de la muerte”.

El grupo-pesadilla: cómo se ve la peor lotería
Imaginemos el peor de los sorteo-escenarios:
- México abre contra un rival del Bombo 3, duro, físico — mandado a la cancha con presión de local, sed de revancha, y poco que perder.
- Luego, un choque con un adversario europeo/africano de Bombo 2: táctica sólida, jerarquía, experiencia mundialista.
- Y como cierre, un rival “tapado” de Bombo 4 o repechaje — incógnita, subestimado, pero con ganas y sin presión.
Tres partidos seguidos, tres estilos distintos, tres riesgos latentes. Para el Tri, la cuenta no es ganar: es sobrevivir. Un mal resultado, un error, una sorpresa pueden arruinar la ilusión — pese a ser locales.






